martes, 8 de marzo de 2011

Todas somos ellas.

El 8 de marzo se conoce internacionalmente como el Día de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres asesinadas en una empresa textil de Estados Unidos, en 1908, mientras reivindicaban sus derechos laborales como personas. La fábrica en la que mantenían su encierro fue incendiada por la patronal con todas las mujeres dentro.
Desde entonces, en esta fecha, se recuerda que, a pesar de los avances tecnológicos y sociales más espectaculares del mundo desarrollado, la mujer sigue sufriendo situaciones de discriminación en el ámbito laboral, como también en el social y cultural, por lo que ya el 8 de marzo se ha convertido en el Día Internacional de la Mujer.
En el presente año, desde Vitoria, queremos reclamar la atención de la sociedad acerca del importante papel que la Educación, en todos sus niveles, tiene para eliminar cualquier tipo de discriminación y en especial la discriminación en función del género.
Un reciente informe de UNICEF nos señala que el 65% de la población infantil sin escolarizar son niñas, y de éste porcentaje el 89% se encuentra en el mundo sur, donde la pobreza ha acentuado más la discriminación de la mujer, que repercute en los derechos humanos más fundamentales.
El entorno educativo debe proteger a la infancia; las niñas y niños alfabetizados tienen mejor defensa ante el abuso del trabajo infantil, la explotación sexual o la trata de personas, y hace que sean menos vulnerables ante cualquier tipo de violencia



UNICEF ha iniciado la campaña ¿MULTIPLICAS? en referencia al efecto multiplicador que tiene la instrucción de las niñas, como medio eficaz para vencer muchas de las principales dificultades que impiden el desarrollo de la humanidad.
Pero ningún derecho humano se alcanzará si no ponemos fin a todas las formas de discriminación, en especial la que esté basada en el género. De ahí la importancia de educar a las niñas para que tengan oportunidades de desarrollo, vivan en igualdad de condiciones y puedan tomar decisiones libres en su vida; como transmisoras de las culturas multiplicarán su conocimiento en los descendientes, con el gran aporte que ello significa para poder construir un mundo más justo e igualitario.
Nadie puede negar que existe una estrecha relación entre la educación básica y el desarrollo económico; con el aprendizaje las mujeres podrán efectuar su aporte productivo reconocido, no camuflado, y fortalecer la economía a largo plazo.
Pero el desarrollo debe ir más allá de la economía, la pobreza no se puede paliar de forma sostenible sin promover la autonomía de la mujer. Para ello es fundamental la información y la educación, no sólo de las mujeres, sino con especial urgencia la educación de los hombres, para que dejen atrás los viejos conceptos sociales que motivan tanta desigualdad y se cuestionen su propia evolución como personas.
La Universidad, como el más elevado escalón educativo, tiene el deber de recordar en este Día Internacional de la Mujer que sigue existiendo desigualdad de género en todo el mundo, por ello celebramos esta jornada de reflexión y denuncia, con el compromiso de promover actuaciones para eliminar estas situaciones discriminatorias.
No podemos dejar este 8 de marzo de 2004 sin mostrar nuestro más absoluto rechazo a la violencia que causa tantas muertes de mujeres, por su condición de tales. Este “terrorismo afectivo” derivado de los conceptos patriarcales de posesión, podría combatirse con una coeducación efectiva familia-escuela encaminada a la consideración de todas las personas por igual, sin distinción de sexos.
La educación en la igualdad, la información veraz y la justicia social permitirán que nos desarrollemos como personas libres; libres para sentir, pensar y actuar por nosotros mismos, sin el sometimiento de unos sobre otros.
En recuerdo de tantas mujeres asesinadas en nuestro propio país (occidental, desarrollado y democrático) el próximo día 8 a las 12’45 horas, guardemos unos minutos de silencio que nos sirvan de reflexión sobre cual es nuestro papel en la sociedad, y hasta qué punto podemos incidir para que no vuelva a suceder una muerte más.

1 comentario:

  1. Gracias guapa, tus palabras son un aliento para todas nosotras.

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